Durante esta semana, se ha producido el primer aniversario de la toma de Obama como nuevo presidente de Estados Unidos. Desde los tiempos de los padres fundadores de los Estados Unidos, hasta el presente actual, la democracia Norteamericana se ha caracterizado por hallarse sometida a dos fuerzas contrarias y diversas,  con dos modelos enfrentados., el llamado “modelo madinosiano” y el “modelo Jeffersoniano”.

El primer modelo apuesta  por un sistema en  el que las élites dirigentes y formadas tutelan al país dejando de lado el modelo de participación  popular, intentando minimizar el papel tutelador del Gobierno bajo el lema “ ¡Cuanto menos Gobierno, mas libertad!.

Por otro lado, la segunda perspectiva sobre la democracia muestra una profunda fe en el gobierno participativo y en la soberanía popular, titulándose ese enfoque como el “modelo  Jeffersoniano”.

Obama representa el segundo modelo, y ha apostado durante este año de una manera decidida por renovar el sistema  sanitario y administrativo y poder alcanzar una máxima proyección social del estado norteamericano sobre las capas humildes en Estados Unidos. Tal y como preveían los analistas políticos, las reformas han sido menores de las esperadas debido a las especiales características de la sociedad Americana, muy poco dada a cambios y con realidades culturales y políticas profundamente arraigadas. No obstante, Obama pertenece a una nueva generación política que apuesta por el cambio tranquilo del sistema interno en Estados Unidos y una nueva política exterior tanto en lo referente a sus relaciones con Europa como en su compromiso para luchar contra la pobreza del continente Africano. Aunque todavía le queda solucionar problemas estructurales como el de la paz  en Oriente Medio y apostar por un nuevo modelo global económico que frene el cambio climático, Obama ha conseguido meter en capilla al lobby financiero especulador y esta intentando reformar el sistema sanitario Americano.

Aunque todavía le queda mucho por hacer y desarrollar, Obama ha comenzado a desarrollar  revolución silenciosa que tanto necesitamos en Europa.