Bob Esponja
Estos días de nevada repentina con la consiguiente clausura en casa, opté por practicar el arte de la lectura y el recreo televisivo. No me esperaba grandes sorpresas. Belén Esteban continúa siendo la reina de la pantalla tediosa y horrenda de Telecinco, los plastas de Intereconomía se erigen como salvadores de la patria imperial heredada por el Imperator Aznar frente al diablo rojo llamado Zapatero y las meninas asiliconadas de diversas cadenas presentan programas horteras de teleavidinanza intentando engañar a los televidentes.
Dispuesto a sondear algún rayo de esperanza en el panorama televisivo y guiado por mis sobrinos me he metido en el universo de Bob Esponja y su mundo submarino.
Bob Esponja se decide a comenzar el día con optimismo, ilusionado con su trabajo de cocinero en “El Krustaceo Kascarudo”, siendo especialista en las Burger- Cangre- Burger, y causando la envidia de su compañero Calamardo que no soporta su sencillez e ilusión optimista ante la vida. Bob Esponja ha cuajado una entrañable amistad con su gran amigo Patricio, y sin él quererlo, se meten en numerosos líos.
Como adulto veo en los dibujos estadounidenses de Bob Esponja una personificación del antihéroe tal y como reflejan los hermanos Cohen en la película “El Gran Lebwoski”, al cuajarse una profunda amistad entre personas muy diferentes. Los antihéroes marinos propugnan principios de optimismo, solidaridad y responsabilidad en el trabajo, principios que no cumplen las series de culto actual de los adolescentes. Mis sobrinos se tronchan con esa serie graciosa y divertida y poco a poco, se les está inculcando un interés por el océano, el medio ambiente y su mundo interior. Espero que esta generación sustituya a muchos de los “Kos” que sólo piensan en hacerse ricos en poco tiempo, tener coches lujosos , gastarse cientos de euros en una noche yendo a bailar bakala a una discoteca anónima y currar lo justo. Parece que vuelve el espíritu de la Bruja Avería con Bob Esponja God bless America.
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