" La Esteban"
El patio social anda de lo más revuelto y dividido. España es un país de fronteras y trincheras, y se nos obliga a manifestarnos constantemente. Somos rojos ó somos fachas, del Real Madrid ó del Barca, procatalanistas o anticatalanistas, de la SER o de la COPE, amante de Isabel Pantoja ó fan de Rocío Jurado, etc. Justo en medio de esta refriega, nos hemos encontrado con la guerra abierta entre dos clanes enfrentados. Un clan lo abandera Belén Esteban “La Esteban” (Telecinco) y el otro lo lidera Mª José Campanario “La Campa” (Antena 3). Como la protagonista de una novela venezolana, Belén Esteban, esta mujer mal hablada, gritona y llorosa quiso labrarse un futuro encandilando al galán andaluz, el torero de las mujeres “Jesulín de Ubrique”. Belén Esteban se fue a vivir a la mansión del galán y rodeada de bustos de toros y cuadros horteras soñó con ser la condesa que nunca pudo ser. Cosas de la vida, el clan familiar de los Janeiro, Humberto y la pérfida madre Carmen Bazán desposeyeron a Esteban de su trono, expulsándola del reino de Ambiciones. Herida por su orgullo y adoptando como máxima de la vida ”Ésta me la pagan” juró y perjuró venganza eterna.
El clan de los Janeiro adoptó años después a la nueva reina importada de Oropesa,
“La Campanario”, esa enfermera ruda y cerril que soñó con ser una nueva condesa al servicio del galán torero, rindiendo pleitesía a “su marido”. Bautizó a sus hijos con exclusiva de por medio, y lanzó ataques contra aquellas personas que intentaban entrar en el reino de lo kutre. Enterada “La Esteban”, ésta comenzó la afrenta lanzando ataques cruzados a “La Campanario” previo contrato millonario.
Las dos reinas mediáticas viajan con su corte de admiradores y consejeros. Tal y como hacía Felipe II, viajando al reino de Castilla y al reino de Aragón para solicitar que las cortes respectivas les aprobaran sus propios presupuestos. Las cortes de
“Esteban y Campanario” van buscando aliados y consejeros, con billetera en mano. Venden lloros, bautizos, comuniones y fábulas con tal de poder conservar y recuperar el soñado reino de Ambiciones. En dos palabras, “Im- prezionante”.
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