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zalmedina

Lugares Comunes

Puedo prometer y prometo que soy un nostálgico con mayúsculas de los lugares comunes y los antros auténticos con encanto de nuestra ciudad de Alcañiz. Cada vez que tomo un café en la Plaza de España o paseo por la Calle Caldereros, viene a mi mente una sensación agridulce. La plaza está llena de  vida pero   nuestra “zona cero”, Caldereros, está llena de pintadas y locales de adolescentes estáticos abotargados en el sillón de “el local”  no haciendo  otra cosa que ver la tele con el sonsonete infernal como orquesta de fondo. Viendo estas escenas, muchos de nosotros nos acordamos de las rutas alternativas de la noche alcañizana cuando teníamos su edad, yendo de nuestra casa al templo de la sociabilidad urbana al calor de un bar. Las bravas de ”la Julia” del Caldereros, los Punkis de La Noche Roja, las conversaciones con Molina, las gambas del mercado y  los cortados amortizados del bar del Zorro daban un plus de calidad a la Calle Caldereros. Las raciones de bravas y morro se mezclaban con el surrealismo de la calle. Muchos de nosotros, al cabo del tiempo hemos considerado esta vida como cultura e identidad propia de los alcañizanos. Hoy tenemos a nuestra disposición seminarios y congresos de humanistas  aburridos que desean irse a cenar al Parador con plato de tres tenedores, hablando de lo que  supuestamente  les interesa que interese. Dudo que estos doctores cultiven el  arte del morro en La Taberna o se vayan al Saloon a echar un futbolín con un quinto  en las manos.

Cultura es lectura, música, fomento de la investigación pero también lo es  intentar conservar la esencia propia que nos distingue de otros municipios y proponer ideas interesantes de ocio nocturno. Durante estos años, una de las calles más interesantes de la ciudad, como la Calle Caldereros ha ido languideciendo poco a poco, hasta llenarse de locales y bares de copas sin identidad específica ysin magia ni encanto. Nadie se ha preocupado por mantener comercios y bares de tertulia para generar vida cotidiana e identidad de barrio. Necesitamos revertir esta tendencia y en homenaje al fallecido Molina tomo prestada una frase de Arrabal. ¡El Milenarismo ya ha llegado!

 

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