Blogia
zalmedina

La Última Frontera

La Última Frontera

Comenzamos el camino desde el árido valle del Ebro hacia las Montañas recónditas pero ya conocidas del Maestrazgo. Centramos nuestro cuartel en Torre Monte Santo, y desde allí nos vamos a las partidas próximas al valle de Palomita de la mano de Jose Antonio y su hermano , dos tímidos y encantadores ganaderos que esconden una sonrisa de adolescentes maquillada por la piel curtida y sonrojada  que les ha trasladado el Monte del Maestrazgo. Charlamos animadamente con ellos, mostrándonos los corderos recién nacidos en la explotación y poco a poco nos van aceptando en su mundo austero y amable.

Entre sonrisa y sonrisa, confidencia y denuncia ganadera, bajamos a los pastos del valle, junto a los animales que de forma autónoma están pastando en el fértil campo bañado por las lluvias acumuladas en las profundidades de la montaña caliza. Allí nos espera la madre de José Antonio, una mujer tímida y austera como sus hijos, con unos ojos azules como el mar que nos incitan a a utilizarlos como ventana del alma profunda y misteriosa. Los perros y las ovejas la miran esperando instrucciones, y tras conversar con nosotros se lleva a las 500 ovejas sola desde el valle hasta la cima de la Montaña.

Siempre me ha parecido muy curioso que en el Maestrazgo muchas personas tienen los ojos claros como el mar, incluida, mí abuela que espera tranquila el fin de sus días desterrada desde hace décadas en el valle, recordando los tiempos felices de la juventud trabajando de sol a sol en la panadería de su querida Cantavieja. Sin duda aunque estos paramos de asceta sufren el olvido más miserable, en tiempos pretéritos el mar de esperanzas y de promesas reboso todos los espacios geográficos del Maestrazgo y dejo antepasados de sirena que te cautivan poco a poco conforme te vas adentrando en sus montes de esperanza.

1 comentario

El Tocino -

Gallina piel¡¡